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Francesco Parisi fue un destacado escultor italiano nacido en Nápoles el 4 de marzo de 1874. Su formación artística comenzó bajo la tutela de Achille D'Orsi, un influyente escultor de la época, conocido por sus obras públicas y monumentos conmemorativos. Parisi, influenciado por su maestro, desarrolló un estilo que combinaba la tradición clásica con un sentido de realismo contemporáneo. A lo largo de su carrera, Parisi se especializó en la creación de obras de género, cabezas femeninas, retratos y bustos. Entre sus trabajos más notables se encuentran los bustos de Tommaso Gulli y Guglielmo Pepe, que se encuentran en la salita del Pincio en Roma. Además, su habilidad para capturar la esencia de sus sujetos se evidencia en el busto de Vincenzo Gioberti, que se conserva en la Cámara de Diputados de Italia. Parisi también es recordado por sus contribuciones significativas a la escultura monumental. Creó la estatua ecuestre de "Re Costantino ad Atene" y el monumento a los caídos de Cisterna di Littoria, inaugurado el 27 de julio de 1924. Desafortunadamente, este último fue destruido durante los bombardeos de 1944, pero su realización demuestra la capacidad de Parisi para trabajar a gran escala y su compromiso con la conmemoración pública. La presencia de Parisi en el panorama artístico italiano se consolidó a través de su participación en importantes exposiciones. Desde 1898, expuso en la promotrice de Turín y fue un participante activo en las bienales romanas. En la Primera Bienal Romana de 1921, presentó las obras "Testa di Donna" y "L'Onda". En la Tercera Bienal Romana de 1925, exhibió el famoso bronce "Il Falconiere". Además, en 1932, participó en la III Mostra del Sindacato Fascista Belle Arti del Lazio con la obra "La Signorina Borruso" y en la X Sindacale presentó un "Ritratto" en mármol. Uno de los aspectos más destacados de su obra fue su capacidad para capturar la esencia del fascismo italiano en su arte. En la V Sindacale Fascista del Lazio de 1936, presentó un bronce titulado "Il Duce", que refleja la influencia política de la época en el arte y la cultura. La habilidad de Parisi como escultor fue reconocida no solo en Italia sino también en el extranjero. Su obra se caracterizó por un profundo conocimiento de la anatomía humana y una habilidad excepcional para trabajar con diferentes materiales, como el mármol y el bronce. Su técnica meticulosa y su atención al detalle le permitieron crear piezas de gran belleza y expresividad. A pesar de su éxito y reconocimiento, la vida de Parisi no estuvo exenta de desafíos. La llegada de la Segunda Guerra Mundial y los cambios políticos en Italia tuvieron un impacto en el mundo del arte y en la carrera de muchos artistas, incluido Parisi. Sin embargo, continuó trabajando y contribuyendo al arte italiano hasta su muerte en Roma en 1956. La obra de Francesco Parisi sigue siendo un testimonio de la rica tradición escultórica italiana y su legado perdura en las colecciones públicas y privadas que albergan sus trabajos. Su contribución al arte italiano del siglo XX es un recordatorio de la importancia de la escultura como medio para capturar y conmemorar la historia y la cultura de una nación.